domingo, enero 02, 2005

MediaMarkt:Yo no soy tonto! No:Soy un borrego!

Saludos a todos después de tanto tiempo (espero que no me dieran por muerto ;)). Pues resulta que estas Navidades he decidido montármelo bien: en lugar de dejar todo para el último día he ido comprando los regalos poco a poco aprovechando las mañanas y las horas muertas como las de comer. Ha resultado; suele haber mucha menos gente y se compra mejor. Incluso el 31 tomé la iniciativa y salí después de almorzar a comprar una cosa en la zona de los indios (en el Puerto). No sólo es que hubiera poca gente en la calle (estaban más pendientes de la noche y de partir el año), sino que los comerciantes están fritos por vender ese día y te atienden mejor y con más tranquilidad. Y lo mejor de todo: aproveché unas horas de la tarde más desperdiciada del año. ¿O no es verdad que la tarde del 31 solemos estar como las "gallinas sin nidar" y no sabemos ni qué hacer?

De todas maneras, este no es el objetivo de este artículo, no les pretendo aburrir con mi vida. Lo que quería comentarles es cómo estamos hipotecando nuestro futuro. Seguro que se habrán dado cuenta de que cada vez tenemos más tendencia a irnos a los centros comerciales a realizar nuestras compras navideñas. Por cierto, hablando de compras (ahora les continúo mi relato), ¿por qué tengo cada vez más la sensación de que las compras de Navidad son una auténtica carga y una obligación?¿Hasta este punto hemos llegado en que NOS VEMOS OBLIGADOS a comprar, comprar, comprar y comprar? Que si a mi hermana, mi padre, mi madre, mi novia, mi abuelo, los padres y madres de mi novia, mi mascota, la mujer de la limpieza de la escalera, el de la librería de debajo de mi casa, a los del camión de la basura que pasan todos los días, la sumsuncorda, etc... La cuestión es ¿quién nos obliga? Es más y ¿por qué no disfrutamos con estas fiestas (al menos yo)?¿Cuánto tiempo tenemos que emplear en comprar?¿Se han parado a pensar cuánto se han gastado en estas Navidades sólo en regalos?Y el tiempo y el desplazamiento, ¿no cuestan dinero? Y lo peor de todo es que no puedes responder a ¿por qué hago todo esto? Yo siempre he pensado que un regalo es la demostración de que algún gesto o algún suceso de la persona a la que regalas te ha hecho feliz. Es decir, es la expresión de una alegría interna, es un agradecimiento. Sinceramente les digo, a mi me encanta regalar y cuando voy a comprar los regalos, disfruto pensando en lo que le puede gustar o sorprender mi presente a esa persona a la que obsequio. El problema viene cuando hacer ese regalo se convierte en un peso, en una tarea impuesta, en un compromiso. Se agrava cuando comienzas a pensar si el regalo estará bien en su valor o si serán suficientes las cosas que le has comprado a ese ser querido o todavía "debes" comprarle algo más. Y termina sindo un suplicio cuando encima coges nervios, te dejas estafar (pagando o llevándote cosas que en circunstancias normales no harías) y tes ves agobiados por las "mareas humanas". El regalo deja de ser regalo desde el momento en que tú no disfrutas comprándolo. ¡Qué fiestas tan bonitas!¡Las Fiestas del Consumo!

Además el cariño y el agradecimento se demuestran día día y no en las dos últimas semanas del año. ¿Por qué no obsequiamos a nuestra madre o a nuestra novia con un detalle, por ejemplo, el 23 de Marzo?¿Qué tal el 18 de Septiembre? O justo cuando necesita esa pieza de ropa porque tiene que salir de viaje o le han invitado a un compromiso de trabajo, por decir algo. En fin, continuando con lo de los centros comerciales, no cabe duda de que la comodidad de llegar y encontrar aparcamiento, visitar muchos tipos de tiendas en un mismo recinto y no tener que caminar (tenemos ascensores, escaleras mecánicas y varios pisos para no tener que patear distancias muy largas, qué GANSOS SOMOS) es algo contra lo que es muy difícil competir. Pero lo curioso es que una vez visitado un centro comercial, por qué demonios nos empeñamos en ir a otros si ofrecen EXACTAMENTE LO MISMO. Están todos cortados por el mismo patrón: la gran superfice (Carrefour, Hiperdino, Hipercor, donde, por cierto, algunos articulos exactamente iguales los puedes comprar fuera más baratos) franquicias, y, por supuesto, muchos bares, restaurantes de comida rápida, heladerías, etc... donde CONSUMIR. Vamos a otro centro comercial pensando que a lo mejor en este vamos a encontrar lo que andamos buscando y puede que algo más barato y terminas dándote cuenta de que, no solo ves exactamente lo mismo que en el otro, sino que has perdido más tiempo y tu dinero porque "ya que estamos aquí, almorzamos para aprovechar" o "estoy exhausto de tantas compras:" -en realidad sólo llevas uno o dos artículos con lo que seguro que te tendrás que echar a la calle de nuevo mañana- "tomemos un cortado para reanimarnos". Afloja la pasta. Has entrado en el juego.

¿Por qué digo que estamos hipotecando nuestro futuro? Pues porque los grandes comercios son cada vez más grandes y más ricos y los pequeños tienden a quebrar con una frecuencia cada vez más alta. No pueden competir contra ellos. Si los comercios pequeños van desapareciendo inexorablemente, nadie querrá abrir su tiendita o su empresita. El sobrino/a o amiguete al que podríamos llamar para que trabajase con nosotros o se ganase sus "perrillas" durante las vacaciones no le va a quedar más remedio que trabajar para las grandes superficies por el salario y las condiciones vergonzosas que a ellos les dé la gana de imponer (claro para ese entonces ya no existirán sino dos tipos de empleos: el jefe y el reponedor/cajero/vendedor, el propietario estará en las Bahamas en su yate). No habrá dónde elegir y para comer tendremos que aceptar esos empleos. Habrán ganado.

Estamos viviendo en la "Cultura de los Borregos". Se los ilustro con dos ejemplos:
Ejemplo 1: Quiero hacer un regalo de electrónica de consumo. Empiezo, por supuesto, por las tiendas pequeñas (no sería coherente con este articulo si no lo hiciese así). Visito un par de ellas pero no tienen exactamente lo que voy buscando, aunque me quedo con precios. Termino yendo como un borrego a MediaMarkt (por la mañana, por supuesto, cuando hay menos gente) y te encuentras más o menos con los mismos modelos, de los cuales más de la mitad están agotados y sólo quedan de los más caros. Qué casualidad, ¿no será que de las baratas no han traido sino dos o tres? De las caras sí habían bastantes disponibles. Pero no, es que "las baratas se han vendido muy bien". Sí, claro. Termino por ir a los indios y resulta que no sólo tienen mucha más variedad sino que están igual de precio o más baratas (lo cual es de remarcar puesto que se le supone a esa multinacional mejores precios por mover volúmenes más grandes de mercancía) y lo mejor de todo: de justo lo que busco ¡tienen existencias! ;)

Ejemplo 2: Seguimos en el MediaMarkt (soy un borrego). Encuentro otro artículo que quiero llevarme (por cierto, gracias Miriam por aconsejarme que si no todavía estaría decidiendo cuál adquirir) y conseguimos que venga una chica a abrirnos las vitrinas sólo después de que, fortuitamente, salte un alarma que tienen conectada a los artículos de exposición (soy honrado, se los juro), porque si esperamos a que pase alguien por allí... Continúo. La chica nos da la última caja que queda, la cual está medio machacada por un lado y deformada por la porquería de cinta de plástico de seguridad esa que le ponen en esa tienda y que luego no hay Dios que abra. Por cierto, vaya estupidez, si los artículos está en las vitrinas bajo llave, ¿para qué coño le ponen la cinta? Una de dos, o temen que abran las cajas los empleados y se lleven los artículos (algo que dudo que tengan tiempo de hacer con lo explotados que los tienen) o les asusta que ocurra lo de la inauguración de MediaMarkt en Polonia. Al final me llevo la caja como está (soy un Borrego, sí con mayúsculas, porque en otras circunstancias no me la llevaría y menos para un regalo). Termino, para no cansarles, aunque ahora viene lo mejor. Vamos a la caja, no tenemos que esperar mucho por suerte, pagamos y cuando la chica ya está metiendo la caja en la bolsa nos suelta: "Este tipo de artículos no admite devolución, sólo por el mismo producto". Mi novia y yo nos miramos perplejos. "Es que como son para uso personal..." añade la cajera. En ese momento pienso que más vale que funcione bien el día de Reyes porque, si recuerdan de un poco más arriba, era...¡la última que quedaba! Una vez fuera pienso que como esté defectuosa a ver cuánto tardarán en traerme una nueva, que por qué he dejado que me engañen dos veces (la caja estropeada y la información dada una vez pagado el artículo) y por qué no la devuelvo inmediatamente. Es más, ¿realmente MediaMarkt devuelve el dinero? Creo que eso casi nadie lo sabe con certeza, aunque creo que sí, siempre y cuando no abras los cartuchos de tinta de la impresora que te ha regalado tu novia. Pero oiga si no le pongo los cartuchos ¿cómo se que no está defectuosa? ¡Ah, claro!, imprimo sin cartuchos, es que ¡Yo no soy tonto!

La respuesta a esas preguntas que me hacía en párrafo anterior están condicionadas por MI TIEMPO, que vale mucho. Pero sobre todo el por qué hice todo eso (dajar que me engañaran, en definitiva) es porque soy un BORREGO (si, todas en mayúsculas, porque he caido en su juego, en el juego que ellos han diseñado para nosotros aunque me fueran avisando poco a poco). Juegan con la ventaja de nuestra falta de tiempo y con nuestro borreguismo ("Tengo que comprar a fulanito, ¿será suficiente lo que tengo para él o será poco?", ¿se acuerdan de hace un par de párrafos?).

Es más, somos unos borregos cómodos, porque no queremos sino llegar con el coche (si nos dejaran entrarlos en los pasillos de los centros comerciales compraríamos todo sin bajarnos) y adquirir todo sin tener que caminar mucho, sin subir escaleras, sin buscar en el monedero los billetes (benditas tarjetas de crédito), etc... Es que todo eso cansa. Por cierto se me ha abierto un apetito tremendo de tanto subir en ascensor, ¿vamos al McDonald's a que nos estafen un poco y contribuimos a que los ricos sean más ricos y generen no sólo comida sino empleos basura? Por lo menos si vas a comer basura, cómela del pais y haz rico a uno del país. Les recomiendo cualquier cafetería o el Pepe Chiringo (por lo menos es más facil decir Jarea que Super Whooper). Por cierto no tengo ni comisión ni parientes propietarios de esas empresas.

En fin, que yo al final termino encontrando lo que quiero comprar en los comercios tradicionales, aquí en Pedro Infinito. Pero la gente no viene a comprar a Schamann porque no tiene donde aparcar y porque...¡la calle es pendiente!

Borregos Cómodos.